¿Cómo hacer cualquier historia 100% mejor?

¿Cómo hacer cualquier historia 100 % mejor?

Corta las primeras páginas de tu historia. Punto. 

Repito: Elimina las primeras páginas de tu historia. 

Esa es la solución. Respira profundo. No luches con la idea. Solo escucha qué pasará si no lo haces, cómo se hace, sobre todo, para qué.

¿Cuántas veces has visto una película en la que al comienzo no ocurre nada?, o leído una historia en la que solo comienza a ocurrir algo luego de 10, 20 o incluso 30 páginas? 
Nadie tiene la paciencia o inclinación para esperar a que le expliques la niñez de los personajes antes de que ocurra algo interesante o cómo se cepilla los dientes.  Recuerda que tú, como escritor, debes amar a protagonista, nosotros, tus lectores, no. No todavía. Esta es la razón por la que tu espectador va a cambiar de película, cerrar tu libro, o ponerse a ver otra cosa, otra historia cualquiera en la que el conflicto se entienda y salte a la vista de inmediato, sin tener que saberlo o entenderlo todo de los personajes para poder decidir si nos interesan o no. 
¿Cuántos libros has leído en los que no pasa nada en el primer capítulo, ni el segundo, ni en el tercer o cuarto…?
Uno de los mejores consejos de edición que he leído y recibido es: Las historias suelen comenzar al final de la primera parte de la primera versión. A veces, en la mitad, cuando finalmente el mundo del personaje es trastornado por la llegada del evento inesperado o Incidente incitador, ese que lo forza a dejar atrás su vida cotidiana, y a partir del cual su vida no podrá ser la misma NUNCA MÁS. 
Entonces, ¿por qué nos empeñamos en explicar tanto al comienzo de nustras historias? ¿Qué sentido tiene saber que al protagonista no le gusta el pan de miga desde el primer párrafo? 
La de libros, cortometrajes, cuentos y guiones que he visto de nuevos escritores con talento e inteligencia, que tristemente comienzan describiendo los colores de las paredes de una habitación, o cuentan en 20 páginas cómo los personajes despiertan en la mañana, o detallan su pasado remoto, o de frente explican su psicología o gustos personales como un psicoanalista. Y lo peor de todo: hacen informes detallados que todavía no nos interesan del mundo a su alrededor, todo en las primeras páginas, que deberían ser usadas para engancharnos emocionalmente a la historia.

Esto sucede porque como escritores pensamos debemos explicar a fondo quiénes son, de dónde vienen, cuáles son los sueños, traumas, miedos, el pasado oscuro del personaje principal, y, Dios no lo quiera, también de los personajes de apoyo o secundarios. 

Es solo cuando una historia emocionante ha avanzado lo suficiente para generarnos intriga, que el público puede sentir curiosidad por las motivaciones y pasado de un personaje y su conflicto, que podemos mostrar o contar algo, no mucho, pero que muestre las razones del personaje, lo que está en juego para él en lo más profundo.

Imagina que una persona que no conoces de nada se acerque a ti en la calle y te comience a bombardear con explicaciones de su pasado, ¿cómo te sentirías? Y sin importar el problema urgente que esta persona tuviese, ¿tendrías oportunidad de ayudarlo si ni siquiera sabes qué es realmente lo que necesita o quiere?

Nos duela, o no nos guste escucharlo, esta es una de las principales razones por las que muchos libros, películas e historia no nos atrapan. Estas es la razón por las que la gente cambia de canal, cierra los libros, o por los que es tan difícil que un amigo quiera leer tu manuscrito. Has comenzado explicando demasiadas cosas de un personaje con el que todavía nadie conecta y cuyo conflicto principal desconocen. Es decir: No les importa la historia ni a quien le está ocurriendo. 

Lo interesante es descubrir quién es este personaje a medida que avanzamos junto a él en la lucha por su meta, comprendiendo su personalidad, pero a través de ver sus acciones para lograr su objetivo, intención o propósito, o como le queramos llamar, no porque explicamos su infancia ni vimos cómo se cepilla los dientes en la mañana. 

Tú, como escritor, puede que necesites escribir la biografía del personaje previa a los acontecimientos que son el detonante, o incidente incitador de tu historia, pero eso no quiere decir que necesites frenar el avance de tu historia poniendo toda aquella tonelada de información al comienzo. Aunque la cantidad de información que pongas al comienzo depende de tu estilo como escritor, de la técnica que estés utilizando, y sobre todo, depende del género en que escribes: sea suspenso, romance, thriller, misterio, terror, aventura, que todos tienen sus convenciones y leyes. De igual manera, verás que el comienzo de tu historia nunca está donde tú creías en un primer momento que estaba, al menos no donde tú comenzaste a contarla en el primer borrador. 

Lo mejor es comenzar por el principio, aunque parece evidente pocos son los que lo hacen, y el principio de cada historia es su conflicto principal, el conflicto real y patente. Corta todo ese principio donde no ocurre ni pasa nada grave en la historia, esos detalles “importantes” del personaje, pero no para la historia inmediata que estás contando. 

Esas motivaciones, traumas, worldbuilding o construcción del mundo donde se desarrolla la historia, la irás soltando gradualmente, como pepitas de oro que conducen a un tesoro.

Lo harás solo cuando no haya más remedio, en esos pocos momentos necesarios y muy puntuales de tu historia, cuando tenga el mayor impacto para tus lectores descubrir las dimensiones y profundidad del mundo donde está sumergido tu personaje, es más, iras dejándolo ver mientras el personaje interactúa con este mundo, luchando con el antagonista, batallando su pasado, y cuando se vea forzado a confrontarlo.

Recuerda esta regla: cada vez que el narrador se detiene a explicar algo en tu historia, la historia se paraliza. No importa la justificación que creas tener. Cada vez que explicas o comentas algo, todo movimiento se detiene, tus personajes quedan congelados a los ojos del lector y espectador. Las acciones físicas y mentales de tu personaje le dan movilidad a tu historia. Cada vez que ocurre algo en la historia, cada evento y acción de los personajes la haces avanzar. Las explicaciones, no.

Se dice que hay que encontrar el equilibrio entre contar y mostrar, pero eso es una racionalización a querer meter rollos de información y descripciones inútiles en las historias. En una historia bien contada no se explica nada, se muestran muchas cosas en los momentos precisos, pero se comprende todo. Sin trama no hay drama. Y solo las acciones de los personajes hacen avanzar las historia, en todos los medios, guion, cuento, novela, teatro, comic, etc. Suscríbete y dale like para hacer la parte 2 de este video hablando del concepto del conflicto dramático. Ahora que te he mostrado como hacer tu historia 100 % mejor, ve y haz algo genial con esto.

Juan Brines
El Ingeniero Narrativo

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